Derechos, no flores

Escrito por: Suiry Sobrino Verástegui

Cada 8 de marzo las empresas apuntan su estrategia de comunicación hacia su público femenino. Ofertas y promociones inundan las redes sociales, junto con saludos edulcorados que celebran el hecho de haber nacido mujer. Nuestros empleadores, por su lado, se encargan de que recibamos pequeños detalles en donde se resalta “cualidades femeninas” como la belleza y la delicadeza. Esto, claro, no sirve sino para distraernos del verdadero porqué del Día Internacional de la Mujer: luchar por el reconocimiento de nuestros derechos.

Con el objetivo de ahorrarles tiempo a las personas interesadas en regalarnos algo por este día, he hecho una pequeña lista de temas que nos interesan discutir mucho más de lo que nos interesa recibir una rosa. Esta no será una lista de regalos, sino una lista de exigencias.

 

  • En vez de chocolates, salarios justos

Las mujeres peruanas ganamos en promedio 29.7% menos que los hombres en el mismo puesto de trabajo. Sin ninguna otra razón más que ser mujer, recibimos un salario menor a la de nuestros colegas hombres. No se trata de competencia, ni habilidad, ni capacidad, solo de género.

 

  • En vez de vales para la peluquería, publicidad sin sexismo

Necesitamos que los publicistas peruanos no se valgan de nuestros cuerpos para generar ventas. Si reforzamos estereotipos mediante la publicidad, firmamos un compromiso con el círculo de violencia contra la mujer. Necesitamos romper con los esquemas desde todos los campos que intervienen en nuestras vidas.

 

  • En vez de novela románticas, espacios sin agresiones sexuales

5 niñas de 10 a 14 años se convierten en madres; cada día 11 niñas son violadas sexualmente, 6 de ellas en sus propias casas por un familiar o algún conocido. Ni siquiera nuestras casas representan un espacio seguro, las mujeres estamos expuestas en todo lugar y en todo momento a ser agredidas sexualmente. Existen muchas maneras en las que podemos ser agredidas por ser mujeres, solo algunas de estas están tipificadas como delitos. Hay todavía muchas formas de violencias tan normalizadas que son imperceptibles para el común de las personas, pero que afectan directamente nuestra libertad e integridad. Queremos dejar de vivir a la defensiva, dejar de asumir la responsabilidad por lo que se haga con nuestros cuerpos sin nuestros consentimientos.  

 

  • En vez de un día en el spa, respeto a para todas las mujeres sin excepción

Necesitamos un país que no ponga condiciones para respetar, necesitamos un país que permita que todas sin excepción podamos desarrollarnos libremente. Respeto para las mujeres trans, respeto para las trabajadoras sexuales, para las mujeres que decidieron no ser madres, respeto para las que decidieron abortar, respeto para las mujeres lesbianas, respeto para las mujeres que deciden mostrar sus cuerpos y para las que no, respeto para las mujeres que han sido infieles y las que perdonaron infidelidades, respeto para las que pudieron salir de una relación tóxica y las que todavía no, respeto para las mujeres que disfrutan libremente de su sexualidad y no lo ocultan, respeto para todas por igual. La violencia hacia nosotras es injustificable, sea cual sea el caso.

 

Al contrario de lo que muchos piensan, no somos un país con derechos igualitarios solo porque desde 1955 las mujeres podemos votar; todavía resta un largo camino para serlo. Visibilizar las diferencias solo es el primer paso, que este día sirva para hablar sobre ello, para plantear soluciones y para reconocer nuestra responsabilidad en el círculo de la violencia. No gastemos en flores, invirtamos tiempo en un país más justo e inclusivo.

 

 

 

Fuente de la imagen: https://www.debihasky.com/