Nuestros derechos no son debatibles
La opinión vertida por uno de los columnistas del Diario El Peruano generó gran indignación en redes sociales. Esto debido a la interpretación errónea e irresponsable que se le da en el texto al acoso que históricamente ha afectado principalmente a las mujeres, reforzando de esta manera estereotipos que permiten la impunidad en casos de violencia sexual cotidiana. Paremos el acoso callejero, te lo explica en 4 sencillos puntos:
• “El piropo es circunstancial, fugaz. En cambio, el acoso es duradero”:
Sin ningún tipo de conocimiento sobre violencia sexual, el autor del texto Luis Lagos, se atreve a brindar una definición –que incluso difiere con la definición legal- de lo que es el acoso. Emitir un juicio sin tener conocimiento en la materia, ya es un acto irresponsable; hacerlo, además, en un medio público debería ser considerado una falta grave. Desde el 2016, los comunicadores que trabajan para las instituciones públicas cuentan con el manual “comunicando con igualdad” que brinda las pautas para la incorporación del enfoque de género en los productos comunicacionales. Sin embargo, esta columna hace más bien lo contrario: refuerza patrones machistas.
• ¿Por qué son patrones machistas?
El autor del texto infiere que los piropos no deberían ser considerando acoso, asumiendo así un rol que no le corresponde por encima de la voluntad de las mujeres. Es decir, él cree saber lo que debería o no incomodarnos; a pesar de que muy probablemente él no ha sido ni será víctima sistemática de acoso sexual, como sí lo somos las mujeres desde aproximadamente los 10 años de edad. La violencia no se determina de acuerdo a la percepción de quien la ejerce, sino de la incomodidad, inseguridad y miedo que genera en quien la recibe.
• Es solo una opinión
El Diario El Peruano retiró la columna debido a las críticas que recibió en redes sociales. En un tweet se excusaron diciendo que no estaban de acuerdo con el autor y que el texto se publicó en el “marco de un debate”. Esta respuesta es inaceptable. Ninguna opinión que incentive, tolere o acepte la vulneración de los derechos de poblaciones vulnerables, debería ser publicada bajo ninguna consideración. Los derechos no se debaten, los derechos de las mujeres se garantizan.
• Basta de romantizar el acoso
El acoso sexual no es acto de enamoramiento, es una demostración de poder de un hombre sobre los cuerpos feminizados. Es tiempo de repensar el comportamiento invasivo de los hombres, en vez de pedir comprensión a las mujeres. El acoso no es un juego, no es romántico y no es lindo. Puede ocasionar daños emocionales y hasta físicos en las víctimas. Es responsabilidad de los medios, terminar con esta normalización.