Orgullo: Más allá de la resistencia

Por: Almu

Cada mes de Junio nos damos un momento para conmemorar la lucha de la comunidad LGBTIQA+ (Lesbiana, Gay, Bisexual, Transexual, Intersexual, Queer, Asexual y más), de escuchar las voces de disidencias sexuales y de género, y de replantear cómo es que apoyamos a la lucha constantemente. Esta conmemoración nace a partir de las ya conocidas protestas de Stonewall en Nueva York. Entender este suceso histórico es sumamente importante ya que significa reconocer la importancia de quiénes lo lideraron: las mujeres trans negras y racializadas como Sylvia Rivera y Marsha P. Johnson. Sin embargo, también resulta importante situarnos en nuestro propio territorio y reconocer cómo se ha dado nuestra lucha a lo largo de los años. Las disidencias sexuales y de género han sido parte de nuestra historia y cultura desde las épocas precoloniales y más recientemente, en los años 70’s ya se estaban haciendo escuchar sus voces de protesta en las calles de Lima. 

Antes de la formación de organizaciones que hoy conocemos como el Movimiento Homosexual de Lima (MOHL) o el Grupo de Autoconciencia Lésbico Feminista (GALF) y otros, era ya cada vez más visible la existencia de grupos LGBTIQ+ que exigían ser reconocidos. Aquí se encuentra al grupo de travestis que marchó por el reconocimiento y la defensa de sus derechos en la Asamblea Constituyente. A pesar de las limitaciones este suceso fue considerado como una victoria, pero este sería seguido por la matanza y crimen de odio más grande hacia la comunidad LGBTIQA+ años después. Este caso es conocido como “La noche de las Gardenias”, que ocurrió en 1989, ocho personas gays y travestis fueron asesinadas por miembros del Movimiento Revolucionario Túpac Amarú en una discoteca en Tarapoto llamada “Las Gardenias”.

Sucesos como este y muchos más que han sido registrados, especialmente durante la época del conflicto armado interno y hoy en día son recordados cuando hablamos de la resistencia de las personas queer en su diversidad. A pesar de esto, no es necesario regresar al pasado para poder hablar de la resistencia de las personas LGBTIQA+. La discriminación de las personas LGBTIQA+, el olvido de aquellas enfermas por el VIH/SIDA, las burlas en los medios de comunicación y la falta de leyes que protejan la identidad de las personas trans son problemas con los que seguimos cargando hoy en día. 

De igual manera, es necesario reconocer que la situación de las personas LGBTIQ+ no es la misma a lo largo del territorio peruano. Así como nuestras orientaciones sexuales o identidades de género nos unen en una sola comunidad, existen otros factores que nos separan y nos hacen experimentar realidades sumamente diferentes y pasar por experiencias distintas. La actual pandemia del COVID-19 ha sido un factor más que ha demostrado esto. A principios del 2020, recién iniciada la pandemia en el Perú, fueron las mujeres trans aquellas que resultaron más golpeadas por la crisis sanitaria y la cuarentena obligatoria, ya que muchas de ellas dependían actividades que se vieron paralizadas. Hoy en día, muchas de ellas han podido organizarse para resistir y seguir afrontando la pandemia, como las mujeres de la casa trans del centro de Lima, las mujeres de la casa trans en Lima Este, el grupo Resistencia Transmasculina, etc.

La lucha en el Perú y a lo largo del mundo todavía tiene un largo camino por recorrer. Todavía necesitamos leyes que protejan y resguarden las vidas de las personas LGBTIQA+, la ley de identidad trans, el reconocimiento legal de personas no binarie, el matrimonio igualitario, etc. Hasta que cada persona dentro de la comunidad LGBTIQA+ no cuente con las condiciones dignas y necesarias para vivir, no solo resistir, la lucha seguirá. Pero así como es necesario conmemorar estas luchas, conmemorar la resistencia y la fuerza de la comunidad, también hay que celebrarlas y celebrarnos, porque existir y ser queer no es poco.